Conocerse a sí mismo

Es saber quién eres, qué te gusta, qué no te gusta... Y es un proceso de aprendizaje que se construye desde una edad muy temprana dejando que el niño pruebe cosas, que explore por su cuenta en la medida de sus posibilidades para tener un mejor conocimiento de sí mismo.

Un entorno plural, rico en oportunidades, permite el perfeccionamiento del autoconocimiento. Además, conocer otras trayectorias vitales fuera de la norma permite obtener perspectivas únicas y singulares.