Gracias a los productos del día a día, es posible realizar experiencias científicas impresionantes. Es importante interesarse a las ciencias y por ello queremos proponeros una actividad para descubrir las propiedades mágicas de los productos cotidianos de manera sencilla.
Estas experiencias son muy pedagógicas para familiarizarse con los líquidos y aprender los colores, texturas y desarrollar la creatividad. Accesible a todos con el acompañamiento de un adulto, estas reacciones químicas de base permiten sorprender e impresionar a los niños.
Para realizar estas experiencias necesitas:
- 6 tubos sensoriales
- Bandeja de plástico
- Bicarbonato
- Vinagre blanco
- Colorantes alimentarios
- Aceite vegetal
- Pañuelos
- Miel
- Pajitas
Para esta experiencia necesitamos aceite vegetal, agua fría, miel y un tubo de ensayo.
Comenzamos por la observación simple de líquidos. En un tubo, vierte despacio un poco de miel, después un poco de agua fría y de aceite. ¿Qué ves? Podemos ver que los líquidos no se mezclan en el tubo: se dice que forman una solución heterogénea. Diviértete a darles la vuelta para observar cómo cada líquido se coloca.
Para esta experiencia necesitas agua templada, colorantes alimentarios, aceite vegetal y dos tubos de ensayo.
Lo primero de todo, vierte 3/4 de agua templada en un tubo. En el otro tubo introduce un poco de aceite vegetal y algunas gotas de colorante. Cierra el tapón y agítalo fuerte para que los colorantes formen pequeñas burbujas en el aceite. Después vierte suavemente el aceite en el tubo que contiene el agua templada. Al cabo de unos instantes podrás observar el colorante deslizarse en el agua y formar un magnífico fuego artificial acuático.
Para esta experiencia necesitas pañuelos de papel, colorantes, agua y 6 tubos de ensayo.
Vamos a realizar una cadena de colores. Llena de agua 3 tubos, añade algunas gotas de colorante de colores primarios en cada tubo para tener un tubo azul, otro amarillo y un último en rojo. Coloca un tubo vacío entre cada tubo con agua de colores. después une cada tubo con los pañuelos. de manera que se mojen en el agua al mismo tiempo. Tras varias horas de espera observarás que los pañuelos han absorbido el agua de color de los tubos y han creado mezclas estupendas.
Para esta experiencia necesitas bicarbonato alimentario, vinagre blanco, colorantes, 6 pajitas y 6 tubos de ensayo.
En la caja en plástico, extiende una capa de bicarbonato para cubrir la superficie total. En los tubos vierte un poco de vinagre blanco y algunas gotas de colorante de cada color para obtener tubos con colores primarios y secundarios. Esto os servirá de paleta de colores para más tarde. Con la ayuda de las pajitas (una por cada color) extrae vinagre de color tapando el extremo de la pajita con el dedo una vez que esté dentro del líquido. Cuando la retires la pajita servirá de a poner color en el bicarbonato como una pipeta. La reacción química es impresionante: el bicarbonato y el vinagre van a crear una espuma de colores. Mezcla los colores, dibuja por encima, deja volar la creatividad y la imaginación. Ideal para trabajar la motricidad fina. Toma fotos de la obra de arte de vuestro hijo.
Para esta experiencia necesitas bicarbonato alimentario, vinagre blanco, colorantes, 6 tubos de ensayo y una caja de plástico.
Vamos a explorar la misma reacción que la actividad precedente. Peor esta vez es el bicarbonato que vamos a mezclar con el vinagre. En cada tubo vierte un poco de vinagre y algunas gotas de colorante para tener 6 colores primarios y secundarios. Vierte una buena dosis de bicarbonato en cada tubo. De forma instantánea los tubos van a expulsar una espuma de colores. Observa el arco iris de colores que se precipita sobre la caja.
Aquí tienes una reacción impresionante y divertida que va a encantar a tu hijo!!
Todas las experiencias son lúdicas para aprender los colores, desarrollar la motricidad fina y preparar vuestro peque a las experiencias científicas y la comprensión del mundo que les rodea.
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