Gracias a nuestras manos somos capaces de percibir las distintas características de un objeto: rugoso, suave, liso, puntiagudo, etc.
Con esta actividad sensorial aprenderemos a clasificar y estimularemos el sentido del tacto de los niños. Además, gracias al uso de objetos cotidianos y juguetes sensoriales, desarrollaremos también las nociones de las distintas texturas que existen y los conceptos de los objetos que pongamos en las cajas. Una manera muy divertida de aprender a clasificar mediante la exploración.
Esta actividad también le permitirá al niño aprender a reconocer objetos sólo con el sentido del tacto, sin verlos, utilizando su memoria y su lógica. También podemos pedirle que diferencie los objetos mediante palabras que permitan identificar los aspectos que hacen que estos objetos sean diferentes los unos de los otros. Luego podremos pasar a la fase de clasificación utilizando distintos criterios para clasificar que corresponderán a las características que hemos identificado previamente y que algunos objetos tienen en común.
Para realizar esta actividad necesitarás:
★ Las 4 cajas de la Zona de trabajo portátil
★ El archivo descargable disponible después de la compra de una "Pelota sensorial" con las cartas.
★ Pelotas, juguetes y otros objetos cotidianos que tengan distintas características.
Para empezar designaremos una sensación diferente a cada una de las cajas de color.
A continuación, ya podemos ir a la búsqueda de objetos que tengamos por casa y que nos puedan ser útiles para esta actividad: ¿Qué es? ¿A qué se parece? ¿Para qué sirve? ¿Cómo se utiliza?
Pondremos las cajas alineadas sobre una mesa y las cartas con las características justo enfrente de cada caja. El niño tendrá que poner el objeto dentro de la caja que le corresponda en función de sus características.
Para empezar puedes pedirle que describa la sensación que siente cuando coje el objeto, en qué le hace pensar... para que a continuación lo tenga que poner dentro de la caja que mejor le corresponda. Y así con todos los objetos, pelotas sensoriales o juguetes.
Para desarrollar la capacidad de exploración, también puedes pedirle al niño que recorra la casa o el jardín en busca de objetos que según él podrían ir en las cajas. ¡Como si de una verdadera búsqueda del tesoro se tratase!
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