Conocerse mejor, para... ¡quererse más!

Cada relación es única, moldeada por las sensibilidades, los modos de comunicación y las percepciones de cada persona.

Ya seamos neurotípicos, neuroatípicos o estemos enfrentando situaciones que afectan nuestra forma de interactuar (estrés, cansancio, un entorno ruidoso...), comprenderse mejor permite una mejor conexión.

Percepción sensorial, gestión emocional, comunicación... Estas diferencias pueden ser innatas, pasajeras o estar relacionadas con un contexto particular. Al reconocerlas y respetarlas, fortalecemos la complicidad y la armonía en nuestras relaciones.